Reportajes

¡Esto es Esparta!

Cuadro de Leonidas de Jaques Louis David

Esparta fue, sin lugar a dudas, el modelo a seguir, casi utópico, del mundo helénico antiguo. En esa Grecia proto-imperial, territorio constituido por todo un abanico de ciudades-estado independientes, pero con ciertos valores en común (como su panteón, o su idioma), a veces aliadas, a veces en disputa, la estabilidad y la superioridad militar de la sociedad espartana fue sin duda un espejo en el que todas ellas querían reflejarse. Y no es ningún secreto que las virtudes básicas de todas esas sociedades, véanse el sentido de pertenencia territorial, el mantenimiento de su autonomía y la defensa armada ante un avance invasor, eran de sobra aprobadas por los espartanos.

Los orígenes de Esparta

Los orígenes de esta cultura se remontan, según el folclore espartano, al siglo XII a.C. Época en la que Esparta nació de la sangre y la conquista de unos invasores norteños, dirigidos por el descendiente de Hércules, Lacón, que conquistaron el territorio de Laconia, fundando la capital de su reino, ciudad dedicada a su reina Esparta. De este modo, y hasta mediados del siglo VIII a.C, la urbe se convirtió en el núcleo político y religioso-cultural del territorio.

Heracles de Laconia
Hércules y la Hidra, por Antonio Pollaiuolo

Pero una explosión demográfica les obligó a colonizar nuevas tierras. Girando su mirada hacia el oeste, se iniciaron las Guerras de Mesenia. El territorio en cuestión era rico en hierro y agricultura, y tras cien años de resistencia, cayó bajo el poder espartano. Esta conquista convirtió a todos sus ciudadanos en ilotas y a Esparta en la ciudad-estado más grande de su tiempo.

Tras la conquista surgió un grave problema que empezaría a medrar la estabilidad de la sociedad espartana, la densidad demográfica ilota. Todos ellos eran antiguos hombres libres esclavizados a la fuerza, mucho más numerosos que los espartanos y aprovechaban cualquier ocasión para rebelarse contra el poder imperante. Con este fin, el legislador Licurgo remodeló todas las leyes y costumbres espartanas. Esto transformó las milicias de granjeros armados en la unidad de combate más temida del Antiguo Régimen, revolución social que tenía por objetivo menguar la libertad individual para hacer medrar la seguridad de la comunidad. De este modo se creó el estado militarizado que ha quedado grabado en fuego para siempre en nuestra historia.

La sociedad espartana

La sociedad espartana siempre se basó en la homogeneidad, concepto garante del orden, pureza, obediencia, estabilidad y de la armonía social. Para ello confeccionaron un sistema piramidal en cuya cúspide se hallaban los homoi (iguales), es decir, la ciudadanía espartana.

Los Homoi

Este grupo social era intrínsecamente igualitario en todas sus facetas (tenían las mismas riquezas, las mismas posesiones, las mismas costumbres, las mismas ambiciones, etc.). Con este propósito el estado les repartía a todos un lote similar de tierras para su explotación. Y para que ninguno medrase en ese sistema económico se ilegalizó el sistema de mercado. Nadie podía comprar ni vender nada, todos los equipamientos necesarios, tanto militar como de hogar, eran suministrados por el gobierno. 

Los Periokoi

Por debajo de los homoi encontramos a los perioikoi (de los alrededores), es decir, las poblaciones libres espartanas. Normalmente integradas por granjeros pero también artesanos, estos vivían fuera de la capital. Aunque eran libres no pueden ser denominados ciudadanos puesto que no tenían ninguna voz política, siendo esta únicamente reservada a los homoi. Esta clase era la base económica del estado espartano, puesto que, junto a los ilotas, generaban las riquezas, ya sean agrícolas como manufacturadas, liberando así las manos de los homoi, que destinaban la mayoría de su tiempo en su preparación militar.

Los Ilotas

En la base social se hallaban los ilotas, una especie de campesinos arrendatarios cuya producción anual se dividía en dos lotes. Uno destinado a satisfacer sus necesidades básicas de vida, y otro para las arcas de su amo (siendo un porcentaje variable según la época). Aunque se les suele definir como esclavos, en la praxis no es del todo cierto, ya que no eran definidos como una posesión de su amo. Este no podía ni venderlos ni comprarlos.

Podemos concluir que Esparta fue una sociedad muy jerarquizada y militarizada, en la cual la individualidad no tenía cabida y la austeridad era una virtud. No es coincidencia que para los helenos, las pocas veces que se cruzaban con un espartano fuera de su territorio (ya que no eran muy dados a viajar ni a recibir visitas si no era en un contexto de guerra), eran vistos como hombres rudos y de pocas palabras.

Datos curiosos sobre la sociedad espartana

Rapo de Helena

¿Sabías que el matrimonio espartano empezaba con el secuestro ritual de la mujer por parte del hombre?

La noche de nupcias, a la mujer, se le cortaba el pelo al estilo varonil y se la vestía con ropa de hombre. El novio, por su parte, debía de entrar en el hogar de su futura esposa, por la noche y a hurtadillas, para consumar su matrimonio. Muchas veces era la primera vez que se veían puesto que los matrimonios eran todos concertados. Esta atípica relación se mantendrá hasta los 30 años, ya que al varón, durante los primeros años de casado, solo se le permitía abandonar su adiestramiento militar por la noche. Momento que muchos de ellos aprovechaban para ver y fecundar a sus esposas.

El ejercito espartano en batalla

¿Sabías que el único modo de que el nombre de un espartano sea escrito sobre su tumba era haber muerto en el campo de batalla por Esparta?

Para las mujeres era haber muerto dando a luz a un espartano.

las mujeres elegían el mejor adn para sus hijos

¿Sabias que muchos espartanos elegían a un hombre más joven y mejor dotado que ellos para fecundar a sus esposas?

Para los espartanos el linaje de su patria era lo más sagrado. Si un individuo tenía mejores características físicas que otros debía de preservar su estirpe.

La política espartana

Si el objetivo social espartano fue la homogeneidad, el político no era diferente, evitar la concentración de poder en el individuo. En una sociedad completamente regulada, desde el nacimiento (cuando purgaban, abandonando en la cima de alguna montaña, a los recién nacidos homoi no válidos), hasta la muerte, por un estado centralista, la concentración del poder podía ser un gran problema para la supervivencia de la tradición espartana. Para ello idearon una pirámide de poder un tanto particular.

La Gerusia

Por un lado los espartanos no tenían a un único rey hereditario, sino que se basaban en una monarquía dual, evitando así la concentración del poder en un solo soberano. Los reyes formaban, junto a 28 ciudadanos de avanzada edad, la Gerusia. Consejo político que tenía el deber de aplicar la política y hacer respetar las leyes espartanas. Por debajo de la misma se hallaba la Asamblea espartana, confeccionado por ciudadanos espartanos de más de 30 años. 

La Gerusia de Esparta

Los Éforos

En la cúspide de la pirámide, por encima de reyes y consejos, se hallaban los Éforos. Cinco hombres que regían el ejército, controlaban la educación y tenían el poder de veto sobre cualquier decisión que afecte la comunidad espartana. Para poder controlar su poder casi supremo, se les limitó el tiempo de ejercicio a un año y tenían el deber de comparecer en la Asamblea siempre que esta se lo ordenase para responder de sus actos.

Un gobierno estable a un coste

Aunque este sistema político y social pueda parecernos, a día de hoy, dictatorial, su funcionamiento fue casi inmejorable ya que durante más de 400 años Esparta tuvo el gobierno más estable de la Antigua Grecia. Eso si, pagaron un alto precio, eliminando por completo la individualidad en el panorama social. La libertad individual no era una virtud para la psiké espartana, puesto que su prioridad fue el control de los ilotas. Esto engendró una guerra constante y formal durante la época espartana, debido a su gran número y a su resentimiento con el sistema imperante que los había convertido de hombres libres a pseudo esclavos.

La férrea educación espartana

Para poder controlar a los ilotas, más de diez veces superior en número que los espartanos, estos debían de tener una preparación militar inmejorable. Desde los 7 años los espartanos varones salían de sus hogares, recayendo a cargo del estado y siendo concentrados en la Agogé. Una especie de academia militar que tenia por objetivo instruir a los jóvenes infantes en la disciplina bélica. Durante el transcurso de los cinco primeros años de su adiestramiento,el pedónomo les aleccionaba en educación física y cultural. Al mismo tiempo se iba confeccionando una clara jerarquía social entre los alumnos más jóvenes y los mayores. Estos últimos se ocupaban de darles disciplina y castigarlos para su fructuosa evolución. Era sin lugar a dudas un sistema de selección brutal que tenía por objetivo crear a verdaderos soldados espartanos, eliminando cualquier debilidad del sujeto poniéndolo a prueba las 24 horas del día.

Por su parte, las niñas espartana recibían su adoctrinamiento y entrenamiento en el hogar parental. Se les enseñaba a ser fuertes y autosuficientes, pero su misión principal era el de engendrar hijos sanos para Esparta.

Técnicas de supervivencia

Cuando los niños cumplían 12 años se les otorgaba un manto para cubrirse, se les quitaban las zapatillas y, para agudizar su ingenio, pasaban a ser alimentados por los ilotas, normalmente con sopa de sangre de cerdo. Esto forzaba a los jóvenes espartanos al vandalismo y robo para poder sobrevivir. Eso sí, si les atrapaban robando eran castigos con el látigo, pero si no robaban difícilmente podrían sobrevivir. 

El entrenamiento

En cuanto a su entrenamiento era una constante competición tanto física como mental para el educado. Debían de pasar prueba tras prueba, poniendo todo su empeño y ingenio para no ser castigado o morir durante las mismas. Para poder superarlas, al joven se le atribuía un mentor, un hombre adulto que le supervisaría de por vida (siendo las relaciones sexuales entre los mismo algo típico de la época).

La Criptia

Cuando cumplían los 20, y antes de ser licenciados por ela Agogé, los espartanos debían de pasar una última prueba y formar parte de la Criptia. Una organización militar que tenía por objetivo asesinar a los ilotas que suponían una amenaza social. Para este último adiestramiento los espartanos debían de sobrevivir durante meses fuera de su hogar, en tierra ilota y hostil, y degollar a sus enemigos. 

Esparta antes de la batalla contra los persas

Paradójicamente, durante dos siglos, los espartanos rara vez utilizaron su temible unidad militar para enfrentarse a los pueblos helénicos, sino más bien para mantener la estabilidad en su patria (luchando sobre todo contra las revueltas de los ilotas de Messenia). A partir del S.VI a.C los espartanos iniciaron una nueva fase de expansión. Durante la misma conquistaron la ciudad-estado de Tegea e iniciaron así el camino para la confección de la Liga del Peloponeso. Una alianza militar que reunía a las ciudades de Messenia, Tegea, Argos, Corintia y Platea bajo el liderazgo de Esparta. Este hecho dividió a Grecia en dos frentes, los que apoyaban a Esparta y los que apoyaban a Atenas en su supremacía (Liga de Delos).

La entrada de un nuevo actor, el Imperio Persa

Pero a principios del S.V entró en escena un nuevo y majestuoso rival, el Imperio Persa de Darío I, conquistando Jonia y el Asia Menor. En el 499 a.C, hartos de la opresión fiscal del imperio persa, los jonios enviaron una delegación en búsqueda de ayuda militar, y aunque estos fueron desatendidos por los espartanos si que lo fueron por los atenienses. Tras aplastar la revuelta jónica los persas se tornaron hacia su nuevo enemigo, Atenas. En ese momento Esparta esta viviendo una etapa de conspiraciones en la corte que acabó con el exilio de los dos reyes, Cleomenes y Demarato, dando así inicio al reinado del rey espartano más conocido, Leónidas.

La batalla entre Atenas y Persia empezó en Maratón, pero los espartanos no llegaron a tiempo puesto que se hallaban celebrando las fiestas sagradas de las Carneas (fiesta religiosa dedicada a Apolo, siendo una de las más importantes para los espartanos). Cuando llegaron los 2.000 hoplitas espartanos a Maratón, diez días después de ser reclamados por los atenienses, se dieron cuenta que los persas habían sido vencidos. Ultrajados, volvieron a su capital sin olvidar su nula labor heroica hecha en el conflicto. Pero el segundo envite seria bien diferente. En el 480 a.C se desencadenó la segunda ofensiva persa, y esta vez los espartanos acudirían a la cita.

Esparta contra Persia, la batalla de las Termópilas

Los 300 Espartanos
1814, by Jacques Louis David – Image by © The Gallery Collection/Corbis

El Gran Rey Jerjes congregó para la ocasión al mayor ejército nunca reunido hasta la fecha. Unos 300.000 soldados que según se dice agotaban el agua de los ríos por los que pasaban, avanzaban por tierra junto a casi 750.000 barcos de guerra que hacían lo mismo por mar, camino a Grecia. Enfrente, y como comitiva de bienvenida, el ejército helénico se hizo fuerte en el desfiladero de las Termópilas, paso de entrada con apenas 15 metros de anchura, perfecto para que pocos hombres bien adiestrados pudiesen frenar el avance persa. 

Los 300 espartanos de Leónidas

Para tal ocasión Leónidas seleccionó personalmente a los 300 guerreros, que formaban parte de su guardia real, para dirigirse hacia su glorioso destino junto a otros 7.000 griegos. La historiografía no entiende aun el porque de tan baja presencia espartana, pero su objetivo estaba claro, mantener el mayor tiempo posible a los persas en el paso para que el ejército griego se organizará en el istmo de Corinto. 

Al inicio de la contienda una terrible tormenta se desencadenó hundiendo parte de la flota persa, y desorganizando caóticamente el inmenso ejército. Uno a uno los regimientos persas fueron estrellándose en el muro cohesionado que formaba la falange hoplita en el estrecho desfiladero. Incluso las tropas de élite del Rey, los llamados Inmortales, nada pudieron hacer frente a la tenacidad espartana.

Preparados para morir

Durante dos días el rey persa estuvo observando, desde un trono que se hizo instalar en la zona, como su ejército era aplastado por los griegos, hasta que Efialtes, un traidor helénico, mostró a Jerjes un estrecho camino de ganaderos que les llevaría a rodear al ejército rival. Los griegos huyeron de la trampa mortal, los espartanos se prepararon para morir. Como bien dijo Leónidas, “desayunen bien señores, porque esta noche cenaremos en el infierno”. Tras la batalla, 20.000 persas muertos y un sentimiento de fatalidad en el grueso de los supervivientes que finalmente serian vencidos por Temístocles en la batalla de Salamina y por un ejército de pueblos helénicos (esta vez con 5.000 espartanos) en Platea.  


Libro recomendado

Esparta libro recomendado

Esparta, la derrota del guerrero

Philip Matyszak

Considerándose invencibles, Esparta cometió graves errores políticos y sociales, creyendo que sus costumbres y leyes eran superiores a cualquier otras. Esta es su historia.


Bibliografía

Si te interesa alguno de los libros de nuestra bibliografía, incluimos un enlace en cada uno a su página de amazon.

  1. CARTLEDGE, Paul (2021): “Los espartanos: una historia épica”. Barcelona, Ariel. (ahora mismo, solo disponible en inglés)
  2. MATYSZACK, Phillip (2022): “Esparta, la derrota del guerrero”. Barcelona, Edhasa.
  3. RICHER, Nicolas (2020): “Esparta, la ciudad de las artes, las armas y las leyes”. Madrid, Edaf.
  4. FORNIS, César (2019): “El mito de Esparta”. Madrid, Alianza.
  5. JARRA HERRERO, Javier (2021): “Las guerras Médicas: Grecia frente a la invasión persa”. Madrid, La esfera de los libros.
  6. CARTLEDGE, Paul (2010): “Termópilas: la batalla que cambió el mundo”. Barcelona, Ariel.
Sobre el autor

Artículos

Co-fundador del Hereje, Lucas Mestre es el alma del proyecto. Como profesor y enamorado de la historia, vierte una mirada única en el contenido. Mestre es profesor de historia y geografía. Se licenció en historia y cursó un master en historia contemporánea. Tras esto se orientó como profesor, completando el master de formación del profesorado e iniciando así su carrera profesional. No sería hasta poco después cuando se le presentó la oportunidad de este proyecto, compatibilizando ambos aspectos de su vida hasta hoy.
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