En el contexto de la Guerra Fría, cuando el mundo se hallaba dividido en dos superpotencias que rivalizaban por el control del mismo, surgió una de los líderes más controvertidos de la historia reciente. Aunque, en 1959, durante un viaje a Washington D.C, llegó a afirmar que “el pueblo de Cuba sabe que el gobierno revolucionario no es comunista. […] Toda esta campaña de comunista, campaña falsa, campaña canallesca”, muy pronto se alió con el eje soviético. ¿El motivo? Fidel Castro buscaba un proyecto político de nacionalización de su economía, muy influenciada hasta ese momento por los intereses estadounidenses.
Ante esta situación, estos iniciaron una política anticastrista, y Castro decidió entablar acercamientos con la URSS (en búsqueda de apoyo internacional, tanto para proveerse de petróleo ruso y ser financiados económicamente, como para defenderse militarmente de la amenaza yanqui). Así pués, para muchos historiadores fueron los Estados Unidos quienes azuzaron a la bestia comunista cerca de sus fronteras.
Sea como fuere, Fidel fue quién lideró una de las revoluciones más peculiares de la Guerra Fría. Revolución que instauró un régimen abiertamente comunista a pocos kilómetros del máximo adalid del capitalismo, los Estados Unidos. Y, como no podía ser de otro modo, estos no iban a permitir que sus enemigos camparan plácidamente tan cerca de sus fronteras.
Índice
Un comunista demasiado cerca de Florida
En 1959, a poco menos de 80 kilómetros de Florida, triunfó la Revolución Cubana derrocando el régimen de Fulgencio Batista.
A este acontecimiento le siguió una política de nacionalización y expropiación de los recursos, mediante una ley de Reforma Agraria. Durante los gobiernos anteriores, sobre todo en los de Batista, la propiedad de la tierra y las riquezas del país habían acabado en los bolsillos de la alta sociedad cubana, la mafia norteamericana (que controlaba los burdeles y casinos de la isla), el corrupto gobierno y alguna que otra empresa estadounidense. Las autoridades norteamericanas, por su parte, le proporcionaban un fuerte espaldarazo financiero y militar.
Fidel Castro inició una política para confiscar los bienes tildados de mal habidos. Este hecho socavó las fortunas y propiedades de la clase alta cubana y las empresas norteamericanas asentadas en la isla. De una forma drástica, el dócil país vecino se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza para los Estados Unidos. Y éstos intentarían, por todos los medios posibles, acabar con esta experiencia de corte comunista tan cercana y peligrosa para sus intereses.
Una guerra abierta contra su enemigo
La Operación 40
El intento de derrocamiento más claro de la CIA en contra del régimen castrista fue la secreta Operación 40. Para su confección participó nada menos que el presidente Eisenhower, y fue dirigida personalmente por su vicepresidente Richard Nixon (futuro presidente).
Con el fin de derrocar el régimen castrista, el ejército norteamericano adiestró y financió a los cubanos exiliados para que retomaran el control de la isla. En marzo de 1960, atacaron a un barco francés y otro cubano que fue a socorrerlo, matando a unas 100 personas e hiriendo al doble. En abril del 61 aconteció la Invasión de Bahía de Cochinos, hecho más significativo de la Operación 40, en la que participaron más de 1.500 cubanos exiliados organizados y armados por la CIA. Pero la intentona fracasó, y aunque no fue el último intento de esta secreta operación, el éxito de las mismas fue muy bajo y relativo.
La Operación Mangosta
El fiasco de Bahía de Cochinos no frenó el envite estadounidense en su afán de acabar con la experiencia socialista en Cuba. Con este objetivo pusieron en marcha la Operación Mangosta en 1962. Esta operación buscó desestabilizar el gobierno de Castro, para después suplantarlo por uno acorde a los designios de la superpotencia.
Para ello organizaron, clandestinamente, una red contrarrevolucionaria cubana, que inició una serie de sabotajes, acciones guerrilleras, terroristas o de espionaje, intentos de asesinato de altos mandatarios castristas y la confección de revueltas populares. También asaltaron aldeas campesinas, quemaron plantaciones azucareras y sabotearon centrales eléctricas. Pero su éxito fue más bien nulo.
Fidel Castro, diana para los Estados Unidos
Aunque la isla sufrió los ataques de los yanquis, su blanco preferido fue su máximo dirigente, Fidel Castro. Según el servicio de inteligencia cubano fueron 638 veces que los norteamericanos intentaron quitar la vida al líder revolucionario. Aunque, cabe destacar, que para los estadounidenses este número ha sido exagerado, tras la la desclasificación de los archivos secretos de la CIA en el año 2007, hay claras evidencias de intento de magnicidio en la Cuba castrista.
Desde el gobierno de Eisenhower hasta el de Clinton, pasando por Kennedy, Johson, Nixon, Carter, Reagan y Bush, todos ellos intentaron asesinar a Castro (por lo menos según dicen las fuentes del servicio de inteligencia cubano). El récord de intentos fallidos se lo lleva Reagan con 197. Eso sí, seguido muy de cerca por Nixón y sus 184 intentos.
Y han habido intentonas para todos los gustos y colores. Por un lado, intrincadas operaciones secretas más propias de las películas de espías, al más puro estilo James Bond. Por el otro, verdaderas chapuzas que aún a día de hoy dejan perplejos a propios y extraños.
Sabías que…
En el año 2007 se desclasificaron cientos de documentos secretos de la CIA, que analizan un sinfín de hechos turbios realizados por este organismo entre los años 1953-73.
A esta colección se la titula la Joya de la Familía, y en ella podemos observar desde intentos de asesinato a Castro o Lumumba, experimentos humanos ilegales, apoyo a los rebeldes en Chile en contra de Salvador Allende, hasta la vigilancia a ciertos ciudadanos norteamericanos.
Intentos que harían enmudecer al mismísimo James Bond
Según la CIA, el plan que más cerca estuvo de acabar con la vida del líder cubano aconteció en 1963. Este tuvo por protagonistas al hotel Habana Libre, la sobrina del antiguo presidente cubano Ramón Grau y un batido de chocolate.
Leopoldina Polita Grau otorgó pastillas de veneno al camarero, y este tenía que introducirlas en el batido de chocolate que había pedido Fidel (siendo anteriormente disimuladas en la nevera). El problema, las pastillas, debido a las bajas temperaturas del frigorífico, se habían quedado adheridas al mismo y habían vertido su contenido antes de tiempo.
Pero no sería la última vez que probaran suerte en un hotel. En otra ocasión, la CIA contactó con la amante del líder caribeño, Marita Lorenz, para transformarla en agente secreto. Esta tendría que introducir veneno en la copa de su amado en una estancia en el hotel Hilton de La Habana. Pero Marita, en el último momento, no se atrevió y tiró el veneno antes de que fuese ingerido por Castro.
Las mafias al acecho
Los grandes mafiosos vieron bajar considerablemente su patrimonio tras la Revolución Cubana y la pérdida de su multimillonario negocio en los casinos y prostíbulos de La Habana. Y es por ello que uno de los grandes enemigos de Fidel Castro fueron las grandes familias mafiosas italo-judías instaladas en Estados Unidos. Entre ellos podemos destacar a la banda de Al Capone, San Giancana o Tony Varona, entre muchos otros.
Además de apoyar las operaciones militares de Bahía de Cochinos o Mangosta, realizaron varias intentonas de magnicidio. La más conocida fue Esperanza, en la que intentaron sorprender al líder comunista en una de las islas de Puerto Rico en las que se hallaba para asistir a una reunión. Pero fueron descubiertos por las autoridades, confundidos con narcotraficantes, y detenidos.
No podemos con Fidel Castro, pues droguémosle o quitémosle la barba para fastidiarle
No entiendo aún muy bien el porqué, pero en el seno de la CIA se había propagado la absurda noticia de que el poder de Castro residía en su barba. Puede, tal vez, que esta le haya dado cierto simbolismo en su imagen (siempre con barba y un buen habano en mano) y que incluso los revolucionarios, en un principio, se hacían llamar “barbudos”, pero de allí a hacerle un atentado a su barba hay un buen trecho.
Y eso es justamente lo que pasó. Al tener por objetivo la barba, el Servicio de Inteligencia ideó un plan para que absorbiera una significativa cantidad de sal de talio (o bien colocándolo en sus zapatos o en su puro) para que su vello se cayera. El plan nunca fue puesto en marcha.
Otro curioso plan de ataque fue intentar drogarle con LSD mientras se dirigía a su nación por Televisión. El objetivo era que esta pensará que su líder había enloquecido y lo derrocaran.
Tabaco envenenado, caracolas o puros explosivos y mortales trajes de neopreno
Entre las tácticas más utilizadas por los norteamericanos para acabar con la vida del líder cubano se hallaban los puros envenenados o provistos de explosivos. Uno de estos incidentes aconteció durante la estancia de Castro en Nueva York en 1961. El objetivo era que explotará cuando este lo encendiera en la habitación del hotel en el que se hospedaba (Waldorf-Astoria).
Por último, merece la pena mencionar los intentos de asesinato marítimos. Era bien conocido que a Fidel le gustaba mucho el submarinismo y le regalaron un traje de neopreno “forrado con esporas y bacterias que le provocaría una grave enfermedad en la piel”, según confirma el Senado de USA en 1975. Otra intentona de la más curiosa fue poner explosivos en una caracola de lo más peculiar para que explotaran cuando Castro se acercara a observar el lecho marino. Pero estas también fueron un estrepitoso fracaso.
Y como colofón, en julio de 1960, la CIA organizó un accidente aéreo, o más bien pagó 10.000 dólares al piloto José Raul Martinez, para que éste lo organizará. El vuelo elegido fue el que llevó a Fidel y la comitiva de su partido hacía Praga. El problema, el piloto no pudo organizar tal accidente, debido a que el plan fue demasiado precipitado.
Libro recomendado
634 Maneras de matar a Fidel
Fabian Escalante
Fabian Escalante, fundador de los Servicios de Inteligencia Cubanos, nos relata las diversas intentonas de las autoridades estadounidenses para asesinar a Fidel Castro.
Bibliografía
Si te interesa alguno de los libros de nuestra bibliografía, incluimos un enlace en cada uno a su página de amazon.
- RTVE (27/11/2016): “Los numerosos intentos fallidos de asesinato de Fidel Castro”. Madrid, RTVE. (Especial multimedia)
- ESCALANTE FONT, Fabian (2008): “La guerra secreta: proyecto Cuba”. Madrid, Ciencias Sociales.
- ESCALANTE FONT, Fabian (2022): “634 Maneras de matar a Fidel: Planes de la CIA y la Mafia para asesinar a Fidel Castro”. Madrid, Siete Cuentos.
- CANNELL, Dollan (2006): «638 maneras de matar a Castro». USA, CHANNEL 4. (documental)
- SPARROW, Thomas (26 noviembre 2016): “Muere Fidel Castro: las increíbles maneras en que EE.UU. intentó matarlo”. Londres, BBC.
- CARDONA, Pere (2021): “Osos, átomos y espías: historias sorprendentes de la Guerra Fría”. Barcelona, Principal de los Libros.
- CASTRO RUZ, Fidel (1999): “La historia me absolverá”. Navarra, Txalaparta.
- THOMAS, Hugh (2011): “Cuba, la lucha por la libertad”. Barcelona, Debate.
- MALDONADO, Alejo / GUERRA, Sergio (2009): “Historia de la revolución cubana”. Navarra, Txalaparta.